Coprofagia: Perros que comen sus heces
Este desagradable hábito es un dolor de cabeza para muchas personas que tienen perros. Esta conducta es muy problemática sobre todo cuando los ani...
Este desagradable hábito es un dolor de cabeza para muchas personas que tienen perros. Esta conducta es muy problemática sobre todo cuando los ani...
Los trastornos gastrointestinales en nuestros perros y gatos son una de las causas más frecuentes de visita al veterinario. Entre ellos encontramo...
Los problemas de peso no son poco comunes en mascotas que tienen problemas de salud crónicos o síntomas relacionados con comportamientos. La diges...
Las bolas de pelos pueden ser causa de gran frustración para el dueño de un gato (inclusive algunos dueños de perros). Desafortunadamente, uno se llega a enterar que su gato tiene bolas de pelos hasta cuando ve la evidencia: vomito en la alfombra.
Algunos animales son proclives a ingerir pelo cuando se cepillan a sí mismos o a otros, con su propia boca. Una nutrición de baja calidad estimula el desarrollo de las bolas de pelos. Las dietas que tienen gran cantidad de rellenos y grasas animales promueven la colecta de pelos en el tracto intestinal y el estómago. El pelo no es digerible, tiene que moverse a través del tracto digestivo. Las dietas de prescripción que pretenden la prevención en realidad son perjudiciales para la salud digestiva a largo plazo debido al alto contenido fibroso (a menudo proveniente de ingredientes severos como las cáscaras de cacahuate o cartón reciclado e inclusive aserrín, ingredientes que pueden causar el síndrome de intestino irritable).
El apetito es el mejor calibrador que tienes para decidir cuándo hay un desequilibrio presente. Ciertamente, cuando existe la presencia de cualquier síntoma que no entiendes o no te sientes confortable con él, lo mejor es procurar el diagnóstico de un veterinario para con ello desechar cualquier otra condición más grave como lo puede ser un órgano inflamado, una infección viral o una infestación de parásitos.
No hay una sola razón por la que algunos perros eligen comer excrementos (sus propias heces, las de otros perros o las de otros animales) pero aunque a nosotros los humanos nos resulte asqueroso la conducta coprófaga es natural y relativamente común, no es una patología o un trastorno.
Aún así, no se debe ignorar este comportamiento porque la coprofagia canina a veces viene originada por causas nutricionales, médicas o comportamentales que sí son preocupantes. Y, además, puede poner en riesgo su salud si come heces que tengan parásitos o toxinas.
En Azmira contamos con varias alternativas naturales para hacer frente a estas acciones, ya sea por carencias nutricionales o derivadas de comportamientos obsesivos u otros motivos, te invitamos a revisarlas en conjunto con tu médico veterinario.
Los síntomas de la Colitis o Síndrome del Intestino Irritable se relacionan, comúnmente, con el estrés. Esto puede deberse a estrés generado al medio ambiente en el que vive, pesticidas que se encuentran en el piso y llegan a la mascota cuando ésta se lame las patas o su cuerpo, también por cuestiones genéticas. Las mascotas que son muy emocionales crean estrés en su sistema inmunológico y en su tracto digestivo lo cual inicia la disfuncionalidad. Esto se presenta más a menudo que otros factores como las alergias a los alimentos, infecciones bacteriales, infestación por parásitos o por enfermedades metabólicas. El estrés constante de cualquier condición crónica, combinada con un exceso de toxinas en su organismo, también puede resultar en diarrea, constipación (o una alternancia entre las dos), heces cubiertas con mucosa, flatulencia e inclusive heces con sangre.