Hepatitis en mascotas
La hepatitis es una condición de salud muy seria y en ocasiones puede poner en riesgo la vida de la mascota cuando se inflama el hígado. Esta condi...
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Lo que causa la enfermedad del hígado graso en muchas ocasiones no es conocido. La patología en cuestión tiene por nombre científico lipidosis hepática idiopática. Sin embargo, muchos especialistas consideran que el hígado graso en los perros está vinculado a factores como: hipertensión en las arterias, alteraciones metabólicas, alimentación abundante en grasas, obesidad, diabetes y consumo excesivo de esteroides. También es un factor desencadenante si el perro ha padecido hepatitis en alguna etapa de su vida.
El hígado es un órgano que desempeña un papel fundamental en numerosos procesos metabólicos relacionados con los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Por tanto, cualquier alteración que se produzca en él quedará reflejada en una deficiencia o en una incapacidad para desarrollar dichas funciones con normalidad. Sin embargo, el hígado tiene una gran capacidad de reserva, por lo que la aparición de signos relativamente específicos de enfermedad hepática se van a presentar en etapas avanzadas de progresión de la enfermedad. Los síntomas que va a presentar un perro cuyo hígado está enfermo van a ser muy variados y van a afectar principalmente al aparato digestivo, al sistema nervioso y al riñón.
Los síntomas gastrointestinales se traducen en vómitos por presencia de úlceras gastroduodenales, diarrea por la coexistencia de enfermedad inflamatoria intestinal, heces acólicas por obstrucción de los conductos biliares y melena por úlceras y alteraciones de la coagulación. Si el sistema nervioso se ve afectado, podremos observar cambios de comportamiento, debilidad, anorexia, letargia, desorientación, irritabilidad, agresividad y convulsiones.
Los síntomas de la Colitis o Síndrome del Intestino Irritable se relacionan, comúnmente, con el estrés. Esto puede deberse a estrés generado al medio ambiente en el que vive, pesticidas que se encuentran en el piso y llegan a la mascota cuando ésta se lame las patas o su cuerpo, también por cuestiones genéticas. Las mascotas que son muy emocionales crean estrés en su sistema inmunológico y en su tracto digestivo lo cual inicia la disfuncionalidad. Esto se presenta más a menudo que otros factores como las alergias a los alimentos, infecciones bacteriales, infestación por parásitos o por enfermedades metabólicas. El estrés constante de cualquier condición crónica, combinada con un exceso de toxinas en su organismo, también puede resultar en diarrea, constipación (o una alternancia entre las dos), heces cubiertas con mucosa, flatulencia e inclusive heces con sangre.